Son diversas las formas de sospechar un TDAH cuando se observan conductas inusuales en los niños, bien por la intensidad de las mismas o porque no ser adecuadas a determinadas edades. Familia, Personal docente, Pediatra o incluso otras personas del entorno del niño, pueden ser agentes de generar sospechas sobre un posible TDAH.
Los padres pueden sospechar de un TDAH al darse cuenta de la forma de interactuar y comportamiento de su hijo, al no ser igual que la de otros niños de su misma edad. Igualmente los padres pueden comenzar a sospechar un TDAH al reconocer los síntomas de su hijo a través de diferentes medios de comunicación, ya sea prensa escrita, reportajes de TV, etc. En ocasiones es el entorno de la propia familia: vecinos, amigos, familiares cercanos,… los que sospechen al conocer el trastorno y observar ciertas conductas del niño. Incluso un profesor particular de apoyo conocedor del trastorno, un psicólogo u otro profesional al que se le haya llevado por temas conductuales, de aprendizaje o de salud, quienes hayan podido trasmitir la sospecha a los padres.