Los principales agentes de sospecha en la escuela son los profesores y tutores de los niños. Éstos pueden observar las diferencias claras existentes entre los alumnos y el grado de intensidad que se considera normal en los niños de su edad cronológica.

Existen en casi todos los centros unas pruebas rutinarias que se pasan en determinados cursos para realizar un screening (análisis) de los niños que no se hayan detectado en el aula por los docentes y que puedan tener alguna dificultad. De los resultados de estas pruebas el Equipo de Orientación podría intuir se podría intuir que algún niño pudiera tener dificultades a nivel atencional o TDAH.

Cualquier miembro de la Comunidad Educativa que tuviera conocimientos de los síntomas que presentan los niños con TDAH, podría sospechar y trasmitir sus observaciones al tutor u orientador del niño.