En el caso de que haya sido el equipo docente quien haya sospechado de un posible TDAH, el Equipo de Orientación del centro escolar debiera realizar un informe, con el consentimiento de la familia, para que ésta se lo remita al pediatra, quien apoyándose en el mismo, derive al niño, dependiendo de la Comunidad Autónoma, al Departamento de Salud Mental Infanto-Juvenil o bien a los servicios del área de atención especializada.

A veces el Orientador realiza la valoración psicopedagógica del niño para confirmar su sospecha antes de haber sido realizado el diagnóstico clínico, con el fin de aportar información a los profesionales de los Departamentos de Salud Mental Infanto-Juvenil o a los servicios del área de atención especializada (No existe en todas las Comunidades Autónomas).

Es habitual, que el Equipo de Orientación del centro realice la valoración psicopedagógica posteriormente al diagnóstico clínico. Esta se debe realizar para valorar realmente las necesidades educativas del niño y las pautas de actuación que se deben llevar a cabo en el ámbito familiar y escolar. Para realizarlo, la familia deberá dar su autorización por escrito.